Ocurrió «Allá lejos y Hace Tiempo» – Relato futbolero ambientado en el Barrio de Boedo

Cuando estudiaba Artes Gráficas en el Colegio Pio IX en Almagro, de pupilo, entre los años 1946 al 51 todavía vivía en el Colegio el Padre Lorenzo Massa, fundador del Club San Lorenzo de Almagro. Gracias a él y su conexión con el Club los jugadores de la primera división venían a hacer de árbitros en nuestros partidos de fútbol en las Olimpíadas del Colegio, entre los artesanos que éramos unos 500 alumnos y los estudiantes que conformaban la otra mitad, también otros 500 más ó menos. Los estudiantes nos llamaban «bichos canastos» por nuestro uniforme gris oscuro de trabajo y nosotros reciprocicábamos llamándolos «las vacas lecheras» por sus uniformes blancos.

Ser pupilos significaba que pasábamos todo el año dentro del colegio, menos dos semanas de vacaciones en Febrero. En el Colegio teníamos todo lo necesario. Talleres para la enseñanza de los oficios: mecánica, herrería, carpintería, tipografía, imprenta, sastrería, etc. Dormitorios, comedores, aulas, patios de juego para los recreos, la Basílica de San Carlos para la parte religiosa, que significaba: misa todos los días a las siete de la mañana, vísperas a la tarde, solemne TeDeum los Domingos. También los alumnos más destacados hacían de monaguillos en todos los servicios religiosos incluídos casamientos en el camarín de María Auxiliadora ó velatorios en la Cripta, el subsuelo de la Basílica.

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Escaleras que conducen al Camarin de María Auxiliadora

También gracias al Padre Massa íbamos los Domingos con el Colegio a ver los partidos de fútbol de la Primera División al viejo Gasómetro de Avda. La Plata, al que íbamos caminando en perfecta formación «de a cuatro en fondo» como ordenaban los coadjutores encargados de la salida. Y teníamos ubicación preferencial, todo alrededor dentro de la cancha.

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San Lorenzo con su fundador el Padre Lorenzo Massa

El último partido que fuimos a ver fué un San Lorenzo-Boca. San Lorenzo formaba con: Blazina, Vanzini y  Basso, Zubieta, Grecco y Colombo, Imbelloni-Farro-Pontoni-Martino y Silva. Ya en el segundo tiempo San Lorenzo ganaba cómodamente por 3 a 1. Los delanteros de San Lorenzo, Farro, Pontoni y Martino, se estaban haciendo un picnic dentro del área de Boca, esquivando los guadañazos de los temibles defensores que tenía Boca, especialmente lo que entonces se llamaban los «fullbacks», Marante y Dezorzi.

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San Lorenzo Campeón del Fútbol Argentino en 1946

Vino un tiro libre de casi media cancha. Una distancia considerable. Lo ejecutó Mario Boyé, famoso por la potencia con que le entraba a la pelota y Mierko Blazina, el arquero de San Lorenzo, la miró meterse allá arriba en un ángulo imposible. Ya casi sobre la hora otra vez Boyé, que entró como una tromba al área y convirtió el 3 a 3, luego de lo cual pasó por detrás del arco y le hizo un gesto obsceno con el brazo a la tribuna de San Lorenzo. Hubo una avalancha contra el alambrado en donde estábamos nosotros y los consiguientes irreproducibles insultos contra la madre de Boyé. Sobresalió claramente los de una señora que se lo estaba gritando casi en las orejas de nuestro Director, el Padre Emilio Cantarutti. Fué la última vez que fuimos a la cancha. De ahí en adelante sólo salíamos para ir al Santuario de la Virgen de Luján.

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